El miércoles, mientras se anunciaba el cierre del acuerdo sobre el nuevo Pacto de Migración y Asilo de la Unión Europea, conocíamos la noticia de la muerte por frío en el Atlántico de dos personas que trataban de llegar a Canarias. Mientras la Unión Europea se fundía en felicitaciones por haber logrado un acuerdo que sepulta los derechos humanos, Europa asistía de nuevo a uno de los mayores fracasos de su historia: dejar morir a personas en sus mares.

El Pacto de Migración y Asilo se ha cerrado con el acuerdo logrado bajo la presidencia española del Consejo de la Unión Europea sobre las últimas cinco propuestas que estaban pendientes de acuerdo. Se trata de un conjunto de legislaciones e iniciativas lanzadas en septiembre de 2020 por la Comisión de Ursula Von der Leyen con el objetivo de desbloquear la reforma de la política migratoria y de asilo que llevaba años de debate y bloqueo en el seno del Consejo Europeo.

La nueva normativa, lejos de incorporar la solidaridad y el reparto de responsabilidad entre los Estados Miembros de la Unión, sigue manteniendo la presión sobre los países receptores de personas migrantes y refugiadas y pone a disposición de los 27 una escandalosa “solidaridad flexible” que pone precio a las vidas de las personas. Esto se traduce en que cada Estado podrá escoger a la carta cómo participa: si no desea asumir la acogida de personas, podrá pagar hasta 20.000€ por rechazar a una persona, podrá pagar la construcción de vallas o muros, o incluso enviar alambre de espino a los Estados en situación de frontera. Estas prácticas son las que la Unión Europa llama solidaridad.

El pacto también impone un procedimiento de asilo que hará que las personas que acaban de llegar y esperan ser atendidas sean, por el contrario, detenidas y retenidas en auténticos campos de concentración. Esto se ha denominado “ficción de no entrada”, en una clara violación del derecho internacional al asilo, simulando que las personas solicitantes no han llegado a territorio europeo y que se encuentran en un limbo administrativo y físico. Incluso las familias con niños y niñas estarán detenidas en estos campos. El diseño del procedimiento hace prácticamente imposible que las solicitudes de asilo puedan ser evaluadas con las garantías del derecho internacional, ya que se impone un procedimiento acelerado para deportar de manera express a las personas a su país de origen o incluso a países terceros considerados como seguros por la Unión, como Turquía, Túnez o Libia.

Otra de las grandes victorias de la agenda de la extrema derecha y que ha sido aceptada también por los socialistas ha sido la regulación de las crisis. Bajo el pretexto de la instrumentalización, es decir, que un Estado afirme que las personas migrantes y refugiadas están siendo utilizadas por un tercer país, los Estados pueden eludir la leve e irrisoria legislación de asilo, que quedará suspendida. Los mínimos acordados quedarán suspendidos y se entierran las garantías legales del derecho internacional al asilo.

Pocas realidades han dejado tan al descubierto la falta de solidaridad, de compromiso con la legalidad internacional, los principios, valores y responsabilidad en la Unión Europea como lo ha hecho la negligencia constante en materia de migración y asilo. La falta de una política común se ha resuelto con la decisión de sepultar el derecho al asilo y de legalizar las violaciones de derechos humanos. Es una victoria de la extrema derecha y la derecha extrema, de los consensos de la gran coalición de populares y socialistas que han asumido una agenda racista, insolidaria, profundamente antidemocrática y, además, fallida. Si bien este endurecimiento de las leyes de asilo se adapta a las exigencias de Meloni, Orban y Morawiecki, no es menos cierto que Macron y Sánchez lo han hecho suyo. Han firmado con su puño y letra el desmantelamiento del derecho al asilo en Europa.

El Pacto no aborda los retos migratorios y de asilo que son una realidad para miles de personas y tampoco logrará detener la migración forzada de miles de personas que huyen de persecuciones, de guerras y de la pobreza. Tampoco aborda en ningún momento cómo atajar las causas de la migración forzada. No se pone encima de la mesa la necesidad de revisar acuerdos comerciales europeos que expolian y empobrecen a terceros países, dejar de ligar la ayuda al desarrollo al control de fronteras, dejar de apoyar gobiernos autoritarios que socavan los derechos de sus poblaciones, y actuar como un actor decidido por la paz y no por la cronificación de guerras.

Lo único que hace es legalizar la violencia, la persecución y la criminalización. Lo hace cuando han muerto en el Mediterráneo más de 2500 personas en 2023 y cuando son más de 28.000 personas desaparecidas en el mar desde 2014. Cada muerte no es una tragedia, cada muerte es una decisión política de la Europa fortaleza. Esta realidad no se frena construyendo muros. Se hace salvando vidas, creando vías legales y seguras para la acogida, y trabajando en las causas y en el origen de los conflictos, la pobreza y la persecución que obligan a estas personas a buscar una vida libre de violencias.

Son días de luto para la Unión Europea. El retroceso en derechos que supone el Pacto de migración y asilo es también un retroceso para la propia Unión, sumada a la inacción ante el genocidio que se está dando en Gaza, pierde a pasos agigantados toda credibilidad, legitimidad y consolidación. Se sigue alejando de los pueblos de Europa, de los ciudadanos y ciudadanas que piden una Europa solidaria y que no seleccione a la carta los lugares en los que los derechos humanos se respetan y los lugares en los que pueden vulnerarse con total impunidad.

Desde Podemos rechazamos este Pacto que, de facto, entierra el derecho a asilo y mantenemos nuestro compromiso por seguir trabajando firmemente por una política migratoria respetuosa con los derechos humanos y que afronte las causas que obligan a migrar. No es verdad que no hay alternativa entre el statu quo y la barbarie: la hay, y volverán a ser los pueblos de Europa quienes empujen y alumbren el rumbo de un proyecto que solo tendrá futuro si es con derechos y autonomía.


Viernes, 22 de diciembre de 2023